Contratar una residencia gatos

Te vas de vacaciones o tienes que estar fuera durante varios días y has decidido confiar tu gato a una residencia gatos en tu ausencia. Pero antes de hacer tu elección, piénsalo bien, porque el bienestar de tu mascota depende de ello, especialmente porque los gatos son generalmente animales poco sociables y territoriales y no necesariamente les gusta ser cambiados de entorno. Hay que tener en cuenta varios criterios antes de tomar tu decisión.

Contratar una residencia gatos: el paso al paso

Siempre asegurarse que la residencia gatos disponga de las autorizaciones legales

Una de las cosas más importantes es, en primer lugar, comprobar que la residencia gatos trabaja con profesionales autorizados que tienen un diploma que demuestra sus conocimientos sobre los gatos y su capacidad para cuidarlos. Si una residencia no puede proporcionarte estos documentos, pasa de largo inmediatamente.

También asegúrate de que la pensión gatos tenga un seguro de responsabilidad civil.

Visitar las instalaciones es imprescindible

Tu gato se quedará en este establecimiento durante varios días. Por lo tanto, es normal que puedas comprobar el entorno en el que se va a quedar, especialmente las diversas infraestructuras que ofrece la residencia.

El espacio donde duerme tu gato debe ser confortable, bien ventilado en verano y bien calentado en invierno. Todo debería estar limpio, por supuesto. La higiene de la residencia gatos tiene que ser perfecta.

¿Los otros gatos de la residencia están todos vacunados?

Cualquiera residencia gatos digna de ese nombre requerirá que sus residentes sean vacunados y desparasitados antes de aceptarlos. Si no es así, por favor, dirígete a otra pensión. La concentración de animales puede ser un vector de enfermedad, por lo que la ausencia de vacunas obligatorias no debe tomarse a la ligera.

También, la pensión para gatos debe exigir que los gatos estén desparasitados y al día en su tratamiento contra los parásitos. Aquí también, la promiscuidad de los gatos favorece la propagación de las pulgas, por ejemplo.

Haz todas las preguntas que te parezcan necesarias.

Es importante saber cuánta gente cuida de los animales, tanto de día como de noche. ¿Hay suficiente personal?

Si le llega a pasar algo a tu gato, especialmente por la noche, ¿qué soluciones ofrece la residencia gatos? ¿Qué pasa si tu gato se escapa? Todas estas preguntas son esenciales y no deben ser descuidadas. No deben quedar sin respuesta por parte de los directivos del establecimiento. De lo contrario, ve por otra residencia gatos. La seguridad de tu gato es fundamental.

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Describe el carácter y el comportamiento de tu gato

Todos sabemos que los gatos son animales territoriales y generalmente pocos sociables, sin embargo, cada gato puede comportarse de manera diferente en ciertas situaciones, por lo que es importante por tu parte dar toda esta información al personal de la residencia gatos para que puedan manejar mejor a tu gato.

No dudes en decirles si tu mascota es más bien aventurera, o por el contrario, más bien desconfiada... Si este es el caso, hay otras soluciones disponibles para ti, como la guardería a domicilio, la guardería en familias anfitrionas o incluso las visitas de gatos a tu domicilio.

Otro punto que no hay que descuidar es que si tu gato está enfermo, deberás dar al personal de la residencia gatos todas las instrucciones necesarias para el seguimiento de su tratamiento médico (dosis y método de toma en particular). Es posible que algunas residencias gatos no acepten gatos cuya enfermedad requiera un tratamiento extenso. Del mismo modo, otras no aceptarán gatos no esterilizados.

Por último, deja al personal de la residencia el número de una persona de confianza a quien contactar en caso de emergencia. También puedes dar el número de teléfono de tu veterinario, que es él que mejor conoce a tu gato.

Algunos consejos antes de dejar tu gato en una residencia

Primer consejo: No hagas las cosas de manera apresurada y a último momento, especialmente si tu ausencia está programada con varios días de antelación. Las disponibilidades en las residencias gatos se agotan rápidamente, especialmente durante el período de vacaciones, y te arriesgas a tener que elegir una residencia por defecto y no por elección.

Comienza tu búsqueda unas semanas antes, para que puedas visitar el lugar. Si el personal de la residencia no está dispuesto a organizar una visita de las instalaciones antes de traer a tu gato, pasa de largo y oriéntate hacia otra residencia, ya que el bienestar y la seguridad de tu gato está en juego.

No dudes en de dejar algo con tu olor para tu mascota. Podría ser una pieza de ropa, un cojín, una manta... Le tranquilizará durante las primeras horas. Algunas residencias para gatos de lujo ofrecen un sistema de vigilancia por vídeo en los boxes. Es una buena solución para las personas inseguras que quieren asegurarse de que la estancia de su mascota se desarrolle sin problemas.

Algunas residencias para gatos ofrecen un día de prueba. Esto puede ser muy útil para comprobar que tu gato está cómodo y que la instalación responde a tus expectativas.

Es importante que visites varias residencias y las compares antes de hacer tu elección final y no elegir la primera que aparezca. Los precios de una residencia gatos varían mucho según los servicios que ofrece. Sin embargo, siempre encontrarás algo acorde con tu bolsillo. Un consejo: ten cuidado con las tarifas demasiado bajas, que pueden ocultar ciertas anomalías, como problemas con las autorizaciones o el personal poco cualificado.

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