Sobre mí Nerea P.
Cuando nací mi casa ya estaba llena de perros. Mi padre, adiestrador profesional, competía por toda España con ellos en modalidad Agility. Y yo me recorrí toda España de pabellón en pabellón. Nunca me dejaron ir a las pruebas en el extranjero hasta que tuve 14 años. En el jardín, muy amplio, estaban las perreras. Que dejaron de usarse más que como refugio de la lluvia cuando cerramos el jardín. Pero lo que a mi más me gustaba era cuando había cachorros. Ya fuera camada propia o algún nuevo campeón para mi padre. Los primeros meses yo los cuidaba y les enseñaba lo básico: ven aquí, siéntate, suelta, quieto.... siempre entre juegos. Ahora vivo en un piso compartido y no puedo hacerme cargo de una mascota, pero colaboro habitualmente con la asociación SOS Animalia como casa de acogida temporal.
Cuando nací mi casa ya estaba llena de perros. Mi padre, adiestrador profesional, competía por toda España con ellos en modalidad Agility. Y yo me recorrí toda España de pabellón en pabellón. Nunca me dejaron ir a las pruebas en el extranjero hasta que tuve 14 años. En el jardín, muy amplio, estaban las perreras. Que dejaron de usarse más que como refugio de la lluvia cuando cerramos el jardín. Pero lo que a mi más me gustaba era cuando había cachorros. Ya fuera camada propia o algún nuevo campeón para mi padre. Los primeros meses yo los cuidaba y les enseñaba lo básico: ven aquí, siéntate, suelta, quieto.... siempre entre juegos. Ahora vivo en un piso compartido y no puedo hacerme cargo de una mascota, pero colaboro habitualmente con la asociación SOS Animalia como casa de acogida temporal.